martes, 30 de marzo de 2010

Cachito Gonzalez


Cachito González y Los Nuevos Reyes:

Alguna vez Enrique Llopis me hizo referencia a los olvidos a los que exponen los pueblos y las comunidades a algunos aspectos de su pasado reciente, la música popular no es ajena a ese proceso. Es así -sostenía don Enrique- que es un error creer que la historia musical de Rosario comienza con la Trova Rosarina, existen antecedentes importantes, capas culturales superpuestas en el tiempo que no se logran ver y no se pretenden rescatar. Es así que una fenomenología musical de Rosario no puede pasar por alto la música del litoral y mucho menos el chamame, a tal punto que en un tiempo se considero a Rosario la segunda Corrientes. Esto no era arbitrario pues los músicos mas importantes del chamame – Tarrago, Montiel, Cocomarola, Mario Millán Medina y tantos otros- pasaron la mayor parte de su vida en la cuidad santafesina e incluso concluyeron sus últimos días en eso que fue su nueva querencia. Cabe abrir un interrogante sobre las razones de ese olvido que ponen sobre la mesa una multiplicidad de posibles respuestas que exceden las razones de esta presente nota, que mas que mostrar olvidos y sus oscuras razones bien quiere mostrar los destellos presentes de esa historia expuesto en músicos que fueron formados íntimamente en esa experiencia profunda entre el chamame y la Ciudad de Rosario.
Acaso sea ejemplo de esto el músico Rosarino Manuel Antonio González quien nace un 8 de agosto de 1978, sus padres desde muy pequeño, tal vez por gusto a la música del litoral- su madre es de Esquina Corrientes y su padre santiagueño de Icaño- procuraron que su hijo sea acordeonista. Es así que deciden llevarlo a la escuela del maestro entrerriano Andrés Cañete que si bien integro las filas de muchos grandes de nuestro litoral se lo recuerda siempre por su paso en el conjunto del maestro Tarrago Ros y los Reyes del Chamame.
Al tiempo de comenzar sus estudios musicales, en 1998 el maestro Cañete lo convoca a grabar a él y a su hermana de nombre Itati, que por ese entonces tocaba guitarra. Para Cachito González, como se lo conoce popularmente a Antonio Manuel, quien siempre fue admirador de Tarrago y los Reyes del Chamame “fue como estar entre las nubes”, poco tiempo después empieza a integrar en forma estable el Conjunto de Andrés Cañete comenzando de esta manera su carrera musical y chamamecera.
Poco después Emilio Cuellar lo convoca a integrar el Conjunto Los de Mailin y decide aceptar la propuesta considerando algo necesario para sumar experiencias, es así que permanece en las filas de dicho conjunto por dos años y medio, grabando con la formación original que caracterizó el éxito de los de Mailin, su participación esta documentada en el trabajo discográfico “Uniendo Motivos” donde se grabo un tema de su autoría.
Poco después de la disolución de la formación original de Los de Mailin, Cachito González decide hacer un camino propio, quien lo acompaño y lo ayudo en ese proceso es el maestro Gregorio de la Vega quien lo presenta a el sello discográfico Habrán Helú con quien se dispusieron a grabar su primer material discográfico.
El titulo del Cd es “Para Seguir Zapateando” dando origen a la agrupación musical chamamecera Cachito González y Los Nuevos Reyes, Participan en dicho trabajo como elenco permanente del grupo Roberto Carlos Pereyra, César Samuel Melgarejo, Rubén Darío Ayala y colaboran el Toti Aguilar en arreglos de Guitarra y Jesús Aguirre en acordeón, también Gregorio de la Vega canta algunos temas y Alejandro Godoy y Ariel Zenique en glosas constituyen los componentes definitivos que dan forma a este Cd.
El trabajo discográfico se compone de temas clásicos como “A Curuzú Cuatía” o “Laguna Totora” y temas inéditos de la autoría de Cachito González, así como adaptaciones a chamame como es el caso del tango “Destellos”. Dejamos a consideración un fragmento del mismo a los lectores de Santa Fe Nativa.

Javier Gastón Gómez Maidana

Damian Ibañez


Damian Ibañez | Una evocación al maestro Tarragó en su verdulera

Damián Ibáñez nace en el conurbado bonaerense, en pagos de José León Suárez. De padre Chaqueño y madre bonaerense es un fiel exponente de la influencia que tiene la música del litoral en capital y provincia de Buenos Aires. Desde muy chico aprendió a valorar al chamamé desde distintos músicos, intérpretes y ritmos, en su casa se escuchaban Transito Cocomarola, Damián Sena, Los Hermanos Barrios, y el que más influencia y admiración le generó en su vocación musical, el Rey del Chamamé Don Tarrago Ros.

Desde muy niño soñó con ser músico, con hacer volar en sus manos notas al compás de un acordeón, pero como todos sabemos el acordeón es un instrumento caro, lo que postergo su sueño de ser acordeonista. Sin embargo su vacación musical era fuerte comenzó a estudiar guitarra. Ya su destino musical y chamamecero estaba trazado, y no era de extrañar que Dios o el destino provocaran el encuentro de Damián Ibáñez y el acordeón. Fue en tierras del chamamé donde se dio este encuentro, mas específicamente en la provincia del Chaco, recuerda como si fuera hoy un monte tupido que no en vano es conocido como impenetrable, un rancho perdido en esa inmensidad vegetal de adobe y paja que era la casa de un tío que era portador de un tesoro que para el tenia un valor incalculable: un acordeón de tres hileras. Casi como un juego, comenzó a buscar melodías que son parte del alma de un chamamecero en ese teclado que en esa primera experiencia le parecía hostil y que ahora maneja con tanta familiaridad haciendo parecer que no hay diferencia entre hombre y acordeón, que el acordeón es una extensión de su alma. Este es el comienzo del idilio de Damián Ibáñez y el acordeón.

Aguicho

Galleta Collera


Su tío le encomienda que viaje a Buenos Aires y compre un acordeón para él, esto le permitió saciar su curiosidad, conocer instrumentos, marcas, y características especiales. Hasta que un día tal vez el menos pensado y por un hecho fortuito llega su primer acordeón. La opción no era muy fácil, tenia que elegir entre su viaje de egresado o el acordeón, casi sin pensarlo vendió su viaje y puedo comprar un acordeón a piano.

Comienza su carrera musical en conjuntos en la que la mayoría de los integrantes era santiagueño donde predominaba un chamamé caracterizado por la velocidad. Poco después de ingresar al conjunto Horizonte Entreriano encuentra una valoración mayor por el estilo primario del chamamé maceta mirando con mas curiosidad la primera etapa de Tarrago Ros, lo cual permite realizar un redescubrimiento de la obra del Rey del Chamamé, que generara fuerte influencia en su trayectoria musical.

Si bien su primer acordeón fue un acordeón a piano, y también es común verlo con un acordeón tres hileras en las portadas de los trabajos discográficos de Horizonte Entrerriano, su opción a la hora de pensar su carrera musical es el acordeón verdulera. Cuando uno le pregunta por la razón que la vida lo llevo a optar por este instrumento que a primera vista parece limitado, el tarda en responder, piensa y dice “me gustan los instrumentos chicos por el sonido que tienen…es difícil ser un músico profesional con un acordeón verdulera porque es un instrumento sencillo y limitado, eso hace que sea mas difícil las cosas”. En cambio yo ensayo explicaciones distintas que surgen a la hora de escuchar a Damián Ibáñez, pienso en su fascinación por el maestro Tarrago Ros y la importancia que los bajos que son tan característicos de la verdulera, también pienso en la delicadeza de su mano izquierda que parece ser su sello distintivo de Damián Ibáñez, y como es posible que se destaque esas características en esos ocho bajos que la verdulera acentúa con fuerza como en ningún otro acordeón. Cuando le pregunto a Damián Ibáñez sobre la certeza de mis respuestas conjeturales, con la simpleza que lo característica me contesta “puede ser… no lo había pensado”. Tal vez la historia de Damián Ibáñez y su verdulera es una historia de amor que entrecruza muchas pasiones (el chamamé, el maestro Tarrago, el acordeón) y como toda historia de amor no tiene explicaciones posibles y si las tiene no se puede acceder a través de los designios de la razón.

Damián Ibáñez cuenta con dos materiales discográficos, el primero es una producción independiente titulado “Por Los Caminos Del Chamamé” que conto con la participación de músicos como Alberto Moyano, Luis Quirco recorre un repertorio caracterizado por obras clásicas del Rey como “A Curuzu Cuatia”, “Alpargata Tuya” y Don Gualberto entre tantos otros temas. Su ultimo material discográfico se titula “Chamamé Con Verdulera” fue grabado en estudio Coda para el sello Tecno Disk con la producción de Aníbal Toledo. Participan Walter Martínez, Valentín García, Jesús Aguirre, Alfredo Velázquez y la participación especial en glosas de Antonio Tarrago Ros.

En casi seis años de trayectoria Damián Ibáñez conoció el escenarios de grandes festivales, estuvo en el Festival de Corrientes, Festival de la Democracia en Hasenkamp, Festival de la Guitarra en Echagüe Entre Ríos, con las cien acordeones tarragoceras de la mano de Antonio Tarrago Ros visito Cosquin, y asistió al gran festival chamamecero que se realizo en el Luna Park así como también fue músico invitado en el Acto Por La Imposición del Nombre Edgar Estigarribia a la Escuela Secundaria Numero 20 que se realizo en el salón de Actos del Congreso Nacional. Su carrera musical transcurre a paso lento y seguro y poco a poco logra el reconocimiento en peñas y bailantas de Capital Federal y Gran Buenos Aires. A su sólida formación musical –pues es un músico formado en el Conservatorio de San Martín- se agrega su trabajo de maestro de acordeón formando una gran cantidad de jóvenes, niños y adultos dando cuenta que el chamamé y el estilo tarragocero tiene futuro.

Beto ravelo

Que cante el Beto Ravelo!
Fui a visitarlo a su negocio ubicado en el barrio Oeste, en la ciudad de Tostado, y lo encontré, como siempre, trabajando entre manzanas, tomates, gaseosas, yerba, y todo cuanto se puede encontrar en un almacén de barrio. Me recibió, también como siempre, muy cordialmente y con una sonrisa a flor de labios, y es que él es así, un tipo amable, transparente, constante y tantos otros adjetivos que no cabrían en esta nota. Pero eso lo sabía, y mi visita allí era para conocer un poco mas de la vida de otro cantante local relegado hoy por hoy por las instituciones que prefieren contratar artistas foráneos de igual, o inclusive inferior, calidad que los nuestros.
Acá reflejo entonces algo de la información que el Beto me proporcionó.
Carlos Alberto Ravelo(“Beto”) nació el 24 de Enero de 1949 en la ciudad de Tostado, es el segundo hijo del matrimonio de Juan Carlos y María Nélida Avendaño.
Sus hermanos son Héctor, Nélida, Nora, Miguel, Silvia, José y Darío.
Aunque no hay antecedentes musicales en su familia, él desde muy temprana edad, mas precisamente a los 14 años, comenzó a deleitar a todo el pueblo con su potente voz. En aquella época cantaba las canciones conocidas como “del Club del Clan”, que pertenecían a Palito Ortega, Leo Dan, Violeta Rivas, entre otros.
En el año 1965 ocurre un hecho que cambiaría para siempre el gusto musical de Beto, y es que en ese año surge el cantor de los ojos cerrados, el Chango Nieto, éste salteño poseedor de un estilo muy particular que cautivó a nuestro tostadense convirtiéndose en su seguidor. Lo que permitió que la gente lo bautice como “El Chango Beto Ravelo”. Desde entonces, el folklore se adueñó de su garganta y fue así que empezó a cantar Recuerdo salteño, La gorda, Zamba de mi esperanza y otros tantos clásicos del cancionero popular argentino.
Recién en el año 1976 logra comprar su primer bombo, a un artesano callejero, haciéndose de ésta forma propietario total de todas las noches de peñas del local bailable Sayonara, y de los concursos de cantores organizados en aquel tiempo por los clubes.
En 1990, con todo el reconocimiento de la zona como una de las mejores voces ingresa al conjunto de Luis Zana, donde además de tocar el bombo, interpretaba algunas canciones de manera solista. Con ésta agrupación recorrió casi todo el país presentándose en los festivales más importantes de Buenos Aires(F.Ameghino, Rivadavia), La Pampa(Realicó), Entre Ríos(Hernandarias), Santiago del Estero(Añatuya, La Banda, Río Hondo, Sumampa), Catamarca(Fest..del Poncho).
Como ninguna persona debe estar sola, en 1972, se casa con Edelma Perzlindo, fruto de éste amor nacen Sandra y Leila, que además ya lo han hecho abuelo de 6 nietos.
En cuanto a su actividad laboral, trabajó desde el año 1963 en la firma Almeida Hnos. hasta la quiebra ocurrida en 1994, luego de la cual decide emprender su propio proyecto como “pintor de letras”, letrista. Y mas tarde, en el ´98 vuelve a la atención al cliente con un almacén en el barrio Oeste.
En cuanto a la creación, puedo decir que ha compuesto algunas canciones, pero como musicalmente no posee los conocimientos, dichas composiciones se han ido olvidando. Lo que no se olvida es de sus temas preferidos, que se destacan por las letras y la potencia en el ritmo, como Amor de los manzanares, Del tiempo de mi niñez, El duende azul....
De ésta manera hemos conocido entonces a uno de los artistas tostadenses mas carismáticos y aclamados por el público de toda la región, evidencia de esto es el gran requerimiento durante todos estos años por parte de los clubes, escuelas y cualquier organización que presente un evento artístico, para el cual el Beto siempre estuvo colaborando y aún está dispuesto, tratando siempre de colmar las expectativas del fervoroso público que solicita, requiere y exige...que cante el Beto Ravelo!

Waldo Alvarez

Simon Paredes


¿QUIÉN ES SIMON PAREDES?

“Si no lo veo no lo creo”, fue mi primer pensamiento al oirle decir que ya lleva compuestos más de 5000!!temas folklóricos nacionales y latinoamericanos, además de tangos y otros ritmos… Y lo ví!!!

A pocos kilómetros de la ciudad de Bialet Massé, en la provincia de Córdoba, subiendo unas 10 cuadras por las sierras del barrio Balcón del Lago, en un lugar tan natural como el nombre de sus calles, está “El Rancho de Simón”, donde vive el santafesino Simón Paredes, nacido en San Martín de las Escobas.
Pinturas murales con motivos aborígenes en el exterior, y ya adentro, innumerables frases escritas en las paredes, con diversos colores; como ejemplo valga ésta (que me dio pie a la primera pregunta): “LA VIDA ES UN PROYECTO”
INDIA ORTIZ- ¿Por qué creés que “la vida es un proyecto”?
SIMON PAREDES- Porque es algo que se construye todos los días…es como andar un camino. Para mí es un proyecto: uno se marca una meta y la va cambiando en su medida
Eso es lo que pienso.
I.O.- Después de observar la gran cantidad de carpetas Nº 3 llenas de poesías, surge una intriga: ¿Cuándo comenzaste a escribir?
S.P.- Creo que comencé a escribir desde que aprendí en la escuela primaria, aunque ya hacía versos desde antes: a los 6 años. Me acuerdo de que la primera letra de canción que hice fue escrita en el reverso de la libreta de primer grado (de la Escuela Nac.Nº 205, de Capilla de San Antonio). Era una chacarera, que puede decirse que era de protesta porque hablaba de la diferencia entre ricos y pobres. Se me perdió. Nunca traté ni de recordarla, solo me acuerdo de que era sobre eso.
I.O.- ¿Y con la guitarra cómo comienza la historia?
S.P.- Empecé a agarrarla y a querer sacar algo a los 7 u 8 años. También de muy chico porque estaba la guitarra que era de mi abuelo. Además tuve un hermano mayor que también tocaba la guitarra. Empecé y aprendí solo pero renegando mucho porque no tenía ningún conocimiento técnico, ni nada.
I.O.- ¿Y cómo hiciste con loss tonos de la guitarra?
S.P.- A partir de un tono que sabía que era “2”, los empecé a numerar, así que cuando escribía una melodía, buscaba un tono, y a partir de ahí, empecé a ponerle número a la familia de tonos, hasta que, como a los 25 años me enteré de cómo se llamaban esos tonos que yo había “descubierto”. Entonces, algunos compañeros y amigos que tocaban la guitarra, o estaban aprendiendo y sabían, me pasaron algunos nombres, pero en realidad, aprendí todo lo que es tonalidad, alrededor de los 32 cuando fui a practicar un poco de teclado. Ahí ví lo que más o menos ya sabía, y seguí aprendiendo mucho más. Ya se me hizo más fácil, aunque siempre solo con mi guitarra.
I.O.- ¿Cuándo tuviste tu primer guitarra?
S.P.- Se la compré a un entrerriano: Don Juan Retamoso, quien, cuando pude juntar la plata, me la quiso regalar, pero no acepté y se la pagué. Yo ya tenía 18 años y trabajaba en la estancia El Buen Retiro, de San Martín de las Escobas. Por todo esto, recomiendo a aquel que le guste la guitarra, que vaya a aprender lo básico. Si tiene capacidad va a continuar aprendiendo, porque solo, se pierde mucho tiempo, se malgasta mucho tiempo.
I.O.- ¿Y lo del canto, cómo fue?
S.P.- Buscando sonidos y viendo otros guitarreros, porque vivía en un lugar en donde había vecinos que también tocaban la guitarra y así fui aprendiendo hasta que empecé a cantar. Cantaba muy mal. Cantaba siempre cuando estaba solo. …No podía acompañarme: si tocaba la guitarra no podía cantar, y de tanto renegar pude. Entonces es cuando arranco cantando lo que yo escribía, ya que la única forma de que no notaran tanto los defectos era que yo cantara canciones desconocidas, así a la gente a lo mejor le gustaba la letra, aunque la cantara mal. Y al no tener con qué comparar, al público le gustaba, lo hiciera bien o mal.
I.O.- ¿Conservás todos los temas que escribiste?
S.P.- Los conservé durante mucho tiempo. Ahora estoy corrigiéndolos y algo estoy desechando, pero sí, los fui guardando todos. Algunos eran malos pero igual los conservé.
I.O.- ¿Y cuál fue tu criterio para desechar un tema?
S.P.- Que…por ejemplo, yo escribía un tema y cuando a los 10 años empezaba a cantarlo, entonces, si ese tema tenía vigencia a pesar del tiempo transcurrido, era porque lo que decía seguía siendo importante. Escribía mucho sobre las situaciones que me pasaban o las vivencias que yo tenía, entonces, a veces, pasado un tiempo esa canción no tenía más sentido. Y de tanto escribir, es como que vas aprendiendo y, siempre comparando con lo que escriben otros autores y porqué esa canción le gustaba a la gente, porqué le prestaba atención, porqué tenía sentido. Creo que fui mi mayor crítico.
I.O.- ¿Y había algún momento especial del día en que te inspirabas?
S.P.- No. No había un momento especial. Siempre coincidía con los momentos libres que yo tenía, aunque siempre andaba con papel y lápiz en el bolsillo, porque si andaba, por ejemplo, arando la chacra y se me ocurría algo, empezaba a cantar sobre una melodía y surgían estrofas y las escribía. Al principio las memorizaba (dice sonriendo). A veces, a lo mejor hacía 2 canciones, o 3 en el día y después ya no las podía recordar…se me olvidaba alguna parte, entonces las empecé a escribir y eso me ayudaba porque terminaba de hacer una y, a la hora, a lo mejor ya estaba empezando a hacer otra y me podía olvidar tranquilamente de la otra porque ya la había escrito. Después, leyendo la letra ya sabía la melodía otra vez.
I.O.- Me imagino que en la cantidad de obras que has escrito tocarás toda clase de temas ¿no?
S.P.- Sí. Porque también tienen que ver con la edad, con el tiempo, con cada etapa mía. Yo empecé escuchando música folklórica y tango, pero después, escuché otro tipo de canciones, entonces iba agregando distintos ritmos de acuerdo a la edad que yo tenía. Empecé cantándole a la naturaleza pero después fui abarcando más: cualquier problema o situación vivida fue motivo para que hiciera una canción. También me sirvió como terapia porque podía sacar de adentro muchas cosas que a veces no estaban bien. Al hacer una canción canalizaba todo eso. Si bien también he escrito sobre el amor, algo que siempre me tocó mucho fue la parte social. Si bien no me tocó vivir en la miseria ni en la pobreza extrema, fui testigo de muchas situaciones de injusticia vivida por mucha gente que no tiene qué comer, que vive mal, entonces eran temas que siempre me daban vuelta y me ponía a escribir sobre eso.
I.O.- En lo laboral ¿a qué te has dedicado?
S.P.- De hecho, por haber nacido en el campo, hice todos los trabajos de allí, desde ser tambero…fui hachero, fui alambrador, amansador de caballos. Hice todas las tareas de campo durante 35 años más o menos, después me fui a vivir a un pueblo y empecé a trabajar en la construcción, que es en lo que sigo hasta ahora.
I.O.- ¿Y desde cuando estás en Córdoba?
S.P.- Vine muy chico desde San Martín de las Escobas y a los 18 años se me ocurrió volver a conocer mi pueblo, así que hice más de 200 km. en sulki y me quedé un tiempo a trabajar ahí. Después volví a Córdoba a trabajar en el campo.

IO.- ¿Porqué recién ahora, después de tanto tiempo de almacenar temas, comenzaste a grabarlos y a registrarlos?
S.P.- Siempre escribí por una necesidad de hacerlo. Siempre pensé que en algún momento me iba a dedicar especialmente a esto, pero no me puse un límite de tiempo y se fueron dando ciertas condiciones. Siempre estuve relacionado con la música, porque, además bailaba folklore, entonces continuaba haciéndolo por amor al arte. Ahora me puse a pensar que no tengo una profesión o un título como para vivir un poco mejor, entonces pensé que esto de la música podía ser mi profesión para cuando ya no pueda trabajar como peón de albañil y conocí una persona, hace muchos años, que, precisamente es la que me está ayudando ahora a difundir esto. Alguien que entiende del tema, le gusta lo que hago, entonces me sirve porque también me critica mucho pero es gracias a su ayuda que me he decidido, por lo menos, a hacer conocer todo lo que he hecho, más allá de que pueda o no vivir de esto.
I.O.- ¿Y cómo te está yendo ahora? ¿En qué lugares has actuado?
S.P.- Ahora estoy viviendo en Bialet Massé, muy cerquita de Cosquín y he actuado en las peñas de Jimena Figueroa Reyes, de Carlos Piela, del Centro Cultural Enrique Brizio, del grupo Ceibo y en La Tempranera de Natalio Fernandez. El año pasado grabé mi primer demo con algunos temas para darlo a conocer a solistas o grupos que quieran interpretarlos, de hecho, si hubiera tenido intérpretes para mis temas ni siquiera me hubiera puesto a cantar. Veo que mis temas son bailados por la gente, pedidos…empiezo realmente a creer que lo que hago no es malo (vuelve a reir). La gente no se anima mucho a cantar temas desconocidos pero como descubrí que yo mismo puedo cantarlos y que gustan, lo voy a seguir haciendo.
I.O.- ¿Y hay algunos cantores que te hayan ofrecido cantar tus temas?
S.P.- Sí. Hay quienes se han enterado de lo que hago y algunos me han prometido grabar unos temas, como la cantora Gabriela Roldán, por ejemplo.
I.O.- ¿Y cuál es, en este momento, tu principal proyecto?
S.P.- Mi principal proyecto sería poder grabar unos demos más, para poder difundir lo que hago y seguir entrando en todas las peñas posibles para darlos a conocer.
I.O.- ¿Y has participado en certámenes?
S.P.- He sabido participar en algunos pre-Cosquín con Tema Inédito, para ver el nivel que tenía como autor y me fue bastante bien: Llegué hasta la final de Córdoba varias veces y aunque no pude pasar de ahí, pude ver lo que hacían otros compositores.
I.O.- Bueno, Simón, mucha suerte.
S.P. – Gracias.

INDIA ORTIZ


Marci Romero:
“Intencion”


Marci Romero nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero su niñez la vivió en San Fernando, un partido del norte de la Provincia de Buenos Aires. Su casa estaba invadida por melodías de nuestra música popular, no faltaba nunca un buen Tango del cual su abuelo era fanático, tampoco estaba ausente una chacarera, una zamba y por ser de padres litoraleños – su padre era entrerriano y su mama correntina- presente también estaba el chamame, una polca o una chamarrita.
En primera instancia Marci Romero cantara todos los ritmos de nuestro cancionero popular, dentro de sus referentes estaban Libertad Lamarque –y esa voz aguda que tanto la impactaba-, entre los hombres destaca a Carlos Gardel, en el folclore Mercedes Sosa y rumbeando para el litoral a Ramona Galarza y Maria Helena.
Apenas termina la secundaria contrae matrimonio y se va a vivir a la provincia de Corrientes donde empieza a conocer en profundidad los ritmos litoraleños iniciando un periodo de descubrimiento que derivara en un encuentro y enamoramiento entre ella y el chamame que no tardara en manifestarse en su vocación de cantante. Con apenas 20 años participa en el ínter barrio certámenes que se realizaban en la Ciudad de Corrientes donde se presentara por primera vez arriba en un escenario. A pesar de los nervios que le impuso su debut, logró sorprender a los jurados que le dieron el primer premio como solista vocal femenino. Desde allí se produce un paréntesis musical que durara más de 15 años.
Durante mucho tiempo Marci Romero se abocara a la familia y a su carrera universitaria, hasta que en una de las reuniones familiares vuelve a cantar. Es entonces cuando uno de sus primos que por ese entonces era director del Grupo Raíces del Alma la invita a acompañar a dicha agrupación musical en distintas actuaciones cantando en una sección dedicada al chamame. Al principio solo cantaba un par de temas, hasta que al final su actuación termino con ocho temas en el escenario. Fue entonces cuando decidió iniciar su carrera como cantante chamamecera en forma independiente al grupo Raíces del Alma.
Posteriormente comienza a trabajar en un material discográfico que en primera instancia iba a tener un carácter familiar, pero en la medida que este estaba elaborando y teniendo en cuenta los músicos que participaron en el mismo – Cacho Espíndola, Julio Blanco, Juancito Benítez, el Chino Fernández, Hermes Luqui Bentos, Rogelio Troche y Darío Molina- , era una verdadera pena que no este expuesto al publico que gusta de nuestra música, es así que después de escucharlo un amigo personal de la familia, -nada menos que Santiago bocha Sheridan- quien aconsejo realizar la producción del Cd, se pone manos a la obra y nace así “mas allá de mi” en el año 2005, este es su primer trabajo discográfico. El titulo hace referencia a la nueva oportunidad que le dio la vida de volver a desandar una carrera musical y chamamecera.
Poco después empieza a recorrer los grandes escenarios de la provincia de Corrientes, desde Caa Cati pasando por Ituzaingo, también se presento en el Festival Nacional Chamame en Corrientes, estuvo en Mburucuya y fue a Córdoba a actuar en Cosquín.
En el 2008 aparece “Intención”, su ultimo material discográfico que cuenta con la participación de Juan Benítez y Richard Scófano en bandoneón, Roberto D Quiroz y Eduardo alegre en guitarra, Jorge Fernández, Matías Galarza, Javier Vergara en bajo Gabriel Soto y Alfredo Alejandro Almeida haciendo dúo en tres temas.
Marci no niega que “Intención” –que esta divida en dos partes una editado accesible en cualquier disquerias del país y a una parte en elaboración pronto a presentarse- se preste a polémicas, en la medida que guarda una intima relación con su forma de entender al chamame, que muchas veces va en contra del sentido común. Para Marci Romero el chamame es una unidad en sus múltiples variantes y estilos y cree necesario presentarlo expresando sus distintos matices en único trabajo discográfico dando cuenta su verdadera dimensión y su riqueza. Por otra parte, considera al chamame como un ritmo encuadrado dentro de una dimensión más amplia que es el de los ritmos populares folclóricos con el cual el chamame debería estar en permanente dialogo.
Este enfoque se expresa en cada una de las interpretaciones que componen el trabajo, minuciosamente preparadas y exquisitamente interpretadas por esta cantante popular llamada a ser una de las grandes voces que tiene el chamame y el folclore, que a su vez nos dio el gustazo de cantarle a Santa fe a través del tema “santa fe al norte”incluido en su ultimo material discográfico puesto a consideración de los lectores de Santa Fe Nativa.


Javier Gastón Gómez Maidana.
Ecos del Ibera
El sonido de Corrientes

Hoy conoceremos al creador de un conjunto que ha sabido escuchar la música de Corrientes para luego interpretarla de manera magistral, estoy hablando de Ecos del Iberá, y de Carlos Toniatto.
Carlos nació el 09 de Julio de 1962 en Cayastacito dto. San Justo provincia de Santa Fe, hijo de Juan Toniatto y Victoria Saldivia, y es el tercero de cuatro hermanos.
Hasta los 16 años vive en una estancia que administraba su padre, luego de lo cual debe irse a Santa Fe capital a terminar sus estudios secundarios, donde además se recibe de Técnico Dentista.
A los 12 años la vida lo encuentra tocando una acordeón verdulera que le había regalado su padre, tocando con amigos en fiestas (Cumpleaños, Casamientos, Peñas, Etc).
De ahí forma su primer conjunto que se llama "Litoral 6". Luego de un par de años con nuevos integrantes y algunos de su anterior formación en 1986 nace "Ecos del Iberá" con un estilo definido entre los Reyes del Chamamé y Tarragó Ros, con acordeón tres hileras, guitarras, contrabajo, dos voces, y un segundo acordeón, hasta que entra el bandoneón de Rene Cocchia.
Luego de varios años con esta formación, el estilo fue tomando un vuelco mas competitivo buscando una identidad, que se logró en 1996 donde ese gran Locutor y Periodista que fue Don Pedro Oscar Roteta lo define como ritmo estilizado, de música, poesía y canto y ese año gana el Pre-Doma San Justo, Pre-Cosquin y Paso del Salado con competidores de: Córdoba, Mendoza, Tucumán, San Luis, Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Neuquen, Santa Fe, llegando a grabar su primer Cd con ese estilo.
En el año 1997 toca en Cosquín y También en Jesús Maria, Cumpliendo Compromisos de radio y televisión, por ejemplo: "Argentinísima" con Julio Maharbiz un par de veces acompañando a Maria Itati Barrionuevo, Canal 9, en la Calandria con Mario Alarcón Muñiz y otros programas de Cable.
Después de terminar el 97 con mucha actividad en Peñas Universitarias y renombrados festivales, comienza el año 1998 ganando el Festival Nacional del Chamamé en Federal (Entre Ríos) y siendo revelación del año ante treinta y cinco subsedes de todo el país. Ante jurados como Oscar Burgardt, Constante Aguer, Jorge Nelson y Salvador Miqueri, saliendo airoso y actuando el día sábado en horario central ante un marco de público de 23.000 personas haciendo un bis y siendo el único grupo que debió volver a subir al escenario a pedido de la gente. Con gran repercusión recibe halagos y felicitaciones nada mas y nada menos que de Cacho Saucedo, el gran cantor de Ernesto Montiel.
En el año 1999, Ecos del Iverá pierde solvencia debido a estudios de algunos de sus miembros y se toman nuevos emprendimientos laborales y empresariales haciéndose un impas por cinco años hasta que en el 2004 empieza a trabajar en la nueva y actual formación con dos músicos nuevos, lanzando en el 2008 un nuevo material discográfico con 12 temas muy bien preparados y prolijidad en los arreglos.
Es un eterno agradecido a la gente del medio de radial y televisivo, que apoyan de manera incondicional a Carlos Toniatto y uno de los mejores grupos santafesinos de música del Litoral: Ecos del Iberá.
waldo Alvarez

Gastoncito Suarez


GASTONCITO SUAREZ: fuerza, juventud y profesionalismo

Me acerqué a su casa del barrio Güemes después de que comenzara el tradicional programa radial chamamecero de las 12 en Tostado, para poder charlar largo y tendido con este jovencito, quien entre otras cosas, esto fue lo que me contó.
Nació el 23 de Febrero de 1993, en Tostado, en el norte santafesino, sus padres Dionisio Suárez y Mariana Donamaría(ambos oriundos de la zona).
Sin antecedentes musicales en su familia, comienza su camino en el chamamé a los 13 años cuando su padre le regala un acordeón Honner de 2 hileras y 8 bajos. Lo orienta en sus primeros pasos el eximio acordeonista tostadense Néstor Maldonado. Luego, de manera autodidacta continúa extrayendo melodías del instrumento escuchando los discos de sus acordeonistas mas admirados por la potencia de su música: los añatuyenses Pastor Luna y Carlitos Jiménez.
Su primer conjunto lo forma a los 14 años de edad, junto a Aldo Acosta (bandoneón), Osvaldo Correa (guitarra), Ramón Barrionuevo(guitarra y glosas) y Rubén Acosta (bajo).
Con esta formación musical recorre los pueblos y parajes del norte de Santa Fe y Santiago del Estero, con una excelente aceptación del público.
Como todos los conjuntos, realizó algunas grabaciones no profesionales que en la zona fueron muy requeridas, lo que lo impulsó en ese año 2007 a grabar su primer disco “De Tostado el país” para el sello Abraham Helú Producciones. En el mismo además de deleitarnos con sus interpretaciones, nos comienza a mostrar su talento creativo, ya que entre los 14 temas aparecen 5 de su autoría:
Con el éxito del primero(más de 6 mil discos vendidos), en el 2008 lanza para el mismo sello discográfico el disco “Este es mi estilo”, junto a los hermanos Aldo y Rubén Acosta y dos nuevos integrantes José L.Medina(bajo y voz) y Marcelo Manfredi(glosas). Aquí incluye 6 temas propios junto a Marcelo Manfredi, y uno junto a José L.Medina, de los 12 grabados:
Durante el 2008 recorrió las provincias de Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco, Córdoba y Buenos Aires, llevando sus melodías a carreras cuadreras, jineteadas y bailantas en clubes y casas de familia.
Lo que más me llamó la atención de éste joven músico, además de su profesionalismo y escasa edad, es el haber logrado algo que ningún chamamecero pudo hacer en esta parte del interior del país: realizar actuaciones en mas de tres lugares por sábado, lo cual me alegra muchísimo porque es algo que solo realizaban artistas de música tropical, pero que lo haga un chamamecero, encima joven, y además...del norte santafesino? todo un mérito. Adelante Gastoncito!



Waldo Alvarez

Diego Spicher… El acordeón de los campos

Diego Spicher es uno de los jóvenes más talentosos que tiene hoy el chamamé. Excelente acordeonista y maravilloso ser humano.
Su acordeón campesina perfuma el aire del Litoral con las flores de su teclado al tiempo que anida en las frondas musicales de la región con un rumor de esteros en los bajos.
Es de Vera pero desde su lenguaje chamamecero se hizo región, país, continente, mundo… Integra una de las formaciones más prestigiosas: el conjunto del maestro Monchito Merlo como segundo acordeón.
Diego Spicher conserva incorruptibles los rasgos terruñeros en los sonidos de su tres hileras y con orgullo campero los muestra en cada escenario, en cada peña, en cada lugar donde le toque actuar.
Humilde “toro en su rodeo y torazo en rodeo ajeno” accedió gentilmente, mates virtuales de por medio, a esta entrevista con Santa Fe Nativa, dejándonos detalles de su vida como artista.


Spicher - Soy Diego Ricardo Spicher… Nací el 30 de abril del 83, en el Paraje 70/800 Departamento Vera, Provincia de Santa Fe.

SFN: ¿Cómo fue tu infancia?

Spicher - Mi infancia la viví en el campo con mis padres y mis dos hermanos en el norte santafesino… Soy el mayor de los tres.
Me crié en una familia con algunos tíos músicos, entre ellos Paquito Crensser, Roque González y mi papá que tocaba el acordeón… Era un paisaje de montes, obrajes, grandes extensiones de campo donde se anda a caballo y se trabaja con hacienda... También ayudaba a mi padre a hachar leña y esas cosas bien camperas desde chico…

SFN: ¿Cuándo y cómo empezás con el acordeón?

Spicher - Lo del acordeón se me da a los 13 años más o menos cuando veía a mi padre ejecutar… se me dio por probar si salía algo y de ahí no pude dejar más, se me hizo un vicio (risas)… Y en lo profesional a los 14 años integrando el Conjunto Cunumí Porá de Vera. Luego el conjunto de Ernesto Juanovich, Los Menchos del Litoral, Los Chamameceros de Vera, Nilo Melvín, también tuve una propia formación y actualmente integro el conjunto de Monchito Merlo.

SFN: ¿Cómo llegás a ser segunda acordeón de Monchito Merlo?

Spicher - A Monchito lo conocí a través del Polaco Juanovich, y cuando andaba por el norte solíamos compartir escenario y algunas veces me invitaba a ejecutar algunos temas juntos. Un día me llamo el maestro y no dude en integrar ya que siempre fui seguidor de su estilo.

SFN: ¿Te identificás más con las cosas de campo en tus temas?

Spicher - …Y se hace lo que uno siente y puede… Trato de darle un toque campero ya que soy campesino y tratamos de hacer lo que le gusta a la paisanada.
Me gustaría que nuestra música autóctona argentina sea más difundida y que no consumamos tanto lo del exterior, no solamente la música, todo lo de acá es muy rico, y hay mucha gente que no lo conoce.


SFN: ¿Qué te gusta y qué no te gusta de la vida como artista?

Spicher - Lo que más me gusta es poder conocer mucha gente que nos brindan su corazón, hacer muchos amigos eso no tiene precio, conocer lugares… Y lo que no me gusta es la desunión de colegas, y como te decía la falta de valor que hay en los medios grandes.

SFN: ¿Cómo nacen las melodías?

Spicher - La verdad salen solas solamente tratando de hacer algo nuevo…

SFN: ¿Qué autores y compositores te gustan?

Spicher – Escritores: Edgar Estigarribia, Pablo Machado, Julián Zini, etc… De los actuales Gustavo Machado y Alfredo Velazquez. Y músicos: Tarrago, Montiel, Transito, Isaco, Fito Ledesma, Tilo Escobar, Andrés Cañete…

SFN: Contanos alguna anécdota

Spicher - Una anécdota que tengo es cuando empezaba en esto, no andaba muy bien el Litoral, nos contrataron en Charata, Chaco… Bueno salimos con ese rumbo en un Ford Falcon. Cuando faltaban mas o menos 80 kms. nos quedamos sin nafta. Estuvimos 5 horas y no pasaba nadie era un camino desierto de tierra y montes a los costados.
Teníamos que estar a las 10 de la noche para actuar… De repente escuchamos una voz en el monte… Eran indígenas, cosecheros de algodón, que salían con su patrón en una camioneta, y bueno hicimos dedo… Nos llevaron a General Pinedo, el tema era que no teníamos plata. Pero siempre hay un buen gaucho, un remisero que nos compró un bidón de nafta y nos llevo hasta el auto, le empeñamos la auxiliar. Al otro día cuando cobramos pasamos a buscar la rueda y devolvimos la plata… Por eso lo que se cosecha andando con la música no tiene precio. Le agradezco a Dios poder vivir de esto, porque como lo que pasamos nosotros esa vez hay miles de colegas que a veces salen sin plata para traerle el pan a sus hijos.

SFN: Gracias Diego por tu música, tu tiempo y por la entrevista.
Spicher – Gracias y hasta cualquier momento.
Gustavo Machado